Cuando el barco se alejó del muelle, la cinta de papel que conectaba a Madoka Suzuki con su madre y amigas se rompió, y Madoka, al igual que su madre y amigas en el muelle de Yokohama, no pudieron sostener las lágrimas. No se verán por los próximos 102 días durante los cuales Madoka, de 23 años, estará viajando alrededor del mundo como una de los 912 participantes del viaje global 78 de Peace Boat. Este viaje cruzará el océano Chino, Indico, Atlántico y Pacífico, navegando los dos cabos y visitando las islas de Rapa Nui y Tahiti en el Pacífico antes de regresar a Japón.

Cientos de personas vinieron a esta ciudad costera al sur de Tokio para despedirse en una linda ceremonia de partida con paraguas, pancartas y banderas de Japón. En su discurso de despedida, Yoshida Takehiro, director social de este viaje, le recordó a los participantes sobre los primeros viajes de los europeos al hemisferio sur en los siglos anteriores y de sus graves consecuencias tales como colonialismo, comercio de esclavos y desigualdad. El Sr. Yoshida dijo, “La prosperidad y la tragedia de aquella época aún esta presente hoy en día. El Viaje 78 de Peace Boat volverá a navegar los mismos lugares del hemisferio sur promoviendo la paz”.

“Yo tenía 20 años cuando participé por primera vez en Peace Boat y sólo quería ver las pirámides de Egipto y conseguir muchos sellos en mi pasaporte”, dijo el director del viaje, Yuki Hirayama, riéndose. “Pero al final del viaje, esas cosas ya no me importaban. Los encuentros y discusiones a bordo del barco se hicieron muy importantes y me dejaron con un fuerte deseo por crear una sociedad diferente en Japón”. Aunque el barco de esta ONG visita también lugares llamativos para los turistas, no es un crucero en el sentido clásico. Desde el año 1981, testigos y sobrevivientes de la violación de los derechos humanos, activistas, académicos y científicos han usado el barco como un espacio neutral para compartir ideas y opiniones de temas tales como la paz y reconciliación, las armas nucleares, el desarrollo sustentable y los derechos humanos. Ya pasaron once años desde el primer viaje del Sr. Hirayama. A sus 31 años, ha circunnavegado el globo diez veces, tres veces como director de viaje. “Estoy particularmente emocionado con este recorrido por el hemisferio sur. Viendo las disparidades del sur nos hará pensar cómo queremos que sean nuestras vidas y la sociedad global”.

Mientras la mayoría de los pasajeros se aferraban a las barandas del barco intentando ver a sus familias y amigos hasta que no se podía, Chris Rosenkrans y Sasha Pachezhertseva estaban en el centro de la cubierta con copas de champán en sus manos. A diferencia de sus compañeros japoneses, la joven pareja no tenía a nadie de quien despedirse en Yokohama – ya lo habían hecho hace unas semanas en sus hogares. Chris Rosenkrans, un promotor de negocios de 28 años del estado de Pennsylvania, EE.UU., ha viajado con Peace Boat una vez y esta vez está acompañado por su novia. “Desde mi país, es muy difícil ir a Machu Pichu o la Isla de Pascua”,dice la Srta. Pachezhertseva, directora de control de calidad en Moscú. “Esta es la mejor manera de acercarme a ellos”. Chris Rosenkrans ha viajado en otros barcos también. Está especialmente entusiasmado de estar más de un mes en el Pacífico. “Viajando en barco en esta época de rápida conexión y vuelos es muy especial”, dice el Sr. Rosenkrans. “Me gusta recordar y sentir lo grande que es el planeta”.

A lo largo del viaje, el barco se transforma en una Comunidad Global Flotante con gente de 16 países diferentes y un equipo de tripulación aún más internacional. Mientras 99 por ciento de los pasajeros son japoneses, estos serán acompañados por 30 educadores invitados y 12 profesores de EE.UU, Gran Bretaña, Canadá, Jamaica, España y Australia los cuales les ofrecerán a los participantes clases de inglés y español como parte del programa GET. Desde Puerto Louis, cuatro músicos jóvenes y el fundador de la organización AYE (Ensamble Juvenil de África por sus siglas en inglés) subirán al barco para realizar conciertos y compartir sus historias personales como residentes del segregado distrito de Soweto en Johanesburgh. Además en América Latina, cuatro jóvenes activistas de la organización Amigos de la Tierra subirán para discutir e intercambiar ideas sobre la energía sustentable en sus propios países como actividad complementaria a la Conferencia RIO+20 de la Naciones Unidos.

En cada puerto de escala, los participantes conocerán a una gran variedad de ONGs locales. Conversarán con los descendientes y contemporáneos de Mahatma Gandhi quien luchó contra el apartheid cuando era abogado en Durban, Sudáfrica. Aprenderán cómo es la vida para los niños de las calles de Sudáfrica y América Latina, visitarán a la gente de Taihití que luchan por conseguir compensación por los experimentos nucleares de Francia, escucharán de los sobrevivientes de la dictadura de Pinochet qué influencia ha tenido el militarismo en la sociedad chilena y conocerán a los activistas antinucleares de Taiwan donde una central eléctrica se está instalando en una zona sísmica. Tras pocos días de partida, Madoka Suzuki, la joven de 23 años de Tokio, ya se ha olvidado de las lágrimas del puerto de salida. “He trabajado como voluntaria en Peace Boat un año entero para poder realizar este sueño”. Pronto, va a organizar su primer evento auto-organizado abordo (jishukikaku): una clase de baile combinando hip-hop y artes.
Traducción: Peace Boat
Fotos: Christina Felschen/Peace Boat